La hiperglucemia significa alta (híper), glucoce (glí) en la sangre (emia). Como se ve en el capítulo de síntomas de la diabetes (1), la hiperglucemia se define por encima de 200 mg/dl o 11.1 mmol/L, aunque no hay un consenso sobre un nivel exacto aquí tampoco. No hay evidencia de que un nivel temporal alto de glucosa sea peligroso, y de hecho, puedes sentirte bien con él también. Si tienes glucosa alta de forma continua, es posible que tu cuerpo se adapte a ello y te sientas bastante bien. Sin embargo, puedes sentir sed y poliuria, orinar con frecuencia, y puedes deshidratarte.
Valores demasiado altos, demasiado a menudo, pueden llevar a problemas de salud graves a largo plazo. Una consecuencia a corto plazo es que, si hay insuficiencia de insulina, la glucosa no puede entrar en las células para ser utilizada como energía y el cuerpo comienza a quemar grasa. El hígado convierte los ácidos grasos en cetonas que también pueden ser utilizadas como energía. Como se puede ver en el capítulo de insulina (2), la insulina tiene muchas tareas en el cuerpo. Todo afecta la glucosa y la necesidad de insulina. En la diabetes tratada con insulina, estos son los desafíos:
Hiperglucemia en Pacientes con Diabetes en los EE. UU.
En los Estados Unidos, aproximadamente 38.4 millones de adultos (o 14.7% de la población adulta) se ven afectados por diabetes en 2021, según el CDC. Esto incluye tanto casos diagnosticados como no diagnosticados, con alrededor de 8.7 millones de adultos que no son conscientes de su condición. La hiperglucemia, caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre, es prevalente entre estos individuos, particularmente en pacientes hospitalizados, donde las tasas pueden variar del 22% al 46% entre pacientes no críticamente enfermos y pueden ser aún más altas en aquellos con enfermedades críticas.
Recomendaciones de Médicos de EE. UU.
La Asociación Americana de Diabetes (ADA) proporciona varias recomendaciones clave para manejar la hiperglucemia:
- Objetivos Glícémicos: Para pacientes críticamente enfermos en la UCI, se recomienda un objetivo glucémico de 140–180 mg/dL (7.8–10.0 mmol/L). Para pacientes no críticamente enfermos, el objetivo es ligeramente más amplio en 100-180 mg/dL (5.6-10.0 mmol/L), siempre que esto se pueda lograr sin hipoglucemia significativa.
- Uso de Insulina: La insulina es el método preferido para controlar la hiperglucemia en entornos hospitalarios, especialmente para pacientes críticamente enfermos. La insulina intravenosa se utiliza a menudo para alcanzar los objetivos glucémicos recomendados.
- Monitoreo y Diagnóstico: El monitoreo regular de los niveles de glucosa en sangre es crucial, especialmente para aquellos con diabetes conocida o niveles elevados de glucosa en sangre durante la hospitalización. Se debe realizar una prueba de HbA1c para individuos con hiperglucemia sin un diagnóstico previo de diabetes para diferenciar entre hiperglucemia inducida por estrés y diabetes no diagnosticada.
- Medicamentos: Se puede considerar el uso de medicamentos como los inhibidores de SGLT2 para pacientes con diabetes tipo 2 y falla cardíaca si no hay contraindicaciones. Los agonistas del receptor GLP-1 generalmente no se recomiendan en entornos de internación debido a datos de seguridad insuficientes.
- Modificaciones en el Estilo de Vida: Se alienta a los pacientes a participar en cambios en el estilo de vida, como mantener una dieta equilibrada y actividad física regular para ayudar a gestionar sus niveles de azúcar en sangre de manera efectiva.
Estas recomendaciones tienen como objetivo optimizar el control glucémico y reducir el riesgo de complicaciones asociadas con la hiperglucemia en pacientes diabéticos en los EE. UU.
Referencias: